“Al visitar Ocaña en el Norte de Santander es imposible irse sin probar el pan que lleva su nombre. El pan ocañero es un producto muy representativo de los Santanderes, una de sus más famosas recetas nació como una bebida, que poco a poco se transformó en una delicia para propios y extraños. “
Adaptado por Nataly González – Comunicación Digital Levapan
Con una tradición de más de 70 años, el pan se formó en las cocinas caseras, en ese entonces las amas de casa preparaban una mezcla a base de salvado y agua que dejaban fermentar de 1 a 5 días, dando como resultado la chicha que tradicionalmente usaban como refresco.
Con el paso del tiempo ellas mismas descubrieron que la masita que se iba formando en el proceso de fermentación les permitía hacer arepas.
Luego ensayaron aplicando a la masa “levaduras silvestres que elaboraba el panadero de harina, azúcar, agua, y en otros casos con panela, salvado, harina y agua”1, la preparación de un nuevo producto no se hizo esperar, la cocción en hornos caseros hechos de carbón empezaron a usarse para asar el nuevo tipo de pan.
Divulgar la receta fue otra labor de las amas de casa que instruyeron a panadero por panadero en la nueva receta, así se fue volviendo famoso y se fue industrializando.
Hay dos ingredientes que son la clave del sabor del pan ocañero:
- Yemas de Huevo
- Guarapo o Talvina (nombres del fermento)
El pan es blanco y su sabor es muy especial pues es entre dulce y amargo.
¡Cuando visite Ocaña no olvide pasar por una panadería y probar este delicioso pan!