Eating desing

Eating Desing

De acuerdo con la chef Juanita Macías Mantilla, docente de la universidad ECCI, el eating design es el “diseño del acto de comer”, teniendo en cuenta un contexto específico, los sujetos involucrados, las tradiciones y costumbres, los olores, los sabores, las herramientas de interacción, entre otros.

“Cabe mencionar que comprende toda la cadena alimentaria, desde el productor hasta el consumidor final. En esta medida, se puede diseñar una experiencia de eating design que involucre la interacción con el alimento antes, durante y después de su consumo”, asegura Juanita.

Por lo que es una herramienta clave para las empresas de la industria gastronómica, ya que posibilita conectar al cliente final con el producto y/o la marca. Si bien existen muchas empresas que trabajan un mismo producto o servicio (como las panaderías y pastelerías), el eating design permite evidenciar a través de experiencias gastronómicas interactivas y llenas de narrativa, la esencia de cada una: posiblemente su factor diferenciador; su relación cercana con el productor; sus ingredientes, entre otros.

Sin embargo, es un proceso que requiere tiempo y personal experto y creativo, que permita acercar la marca al cliente, para que esta sea altamente rentable. Ya que en una experiencia de eating design se plasma la filosofía de la empresa y se utilizan otros elementos como los productos más representativos, explica Juanita. Se puede desarrollar en eventos promocionales o llevando la experiencia directamente al cliente. Otro elemento que compete al eating design, agrega, es el servicio, posibilitando el desarrollo de experiencias para clientes particulares o especiales.

Por lo que si se habla de innovación teniendo en cuenta esta rama del diseño, no basta con la mejora de algún producto o servicio. Es necesario proponer algo nuevo basado en un estudio riguroso que establezca qué existe, qué puedo proponer y cómo puedo innovar.

Por eso, para crear una experiencia de eating design, de acuerdo con la docente, se empieza por entender el producto o la marca con la que se está trabajando a través de un “background research”. Este proceso te permite conceptualizar y finalmente definir propuestas tangibles. Las cuales, al estar marcadas por un panorama 360 grados, pueden llegar a ser más inclusivas y multisensoriales, captando más audiencia.

Sobre todo porque el eating design se basa en la premisa de que el hombre es producto del medio en el que vive y su educación, y cada molécula de alimento que introduce al cuerpo siempre lleva inevitablemente una partícula del mundo.

Así lo describe el manifiesto de una de las precursoras de esta herramienta, la holandesa Marije Vogelzang, quien establece: “Todos comemos. Esto es algo que nos hace a todos iguales. Todos los seres humanos necesitan comer para sobrevivir. La comida es nuestro combustible y nuestra salud. Además de eso, la comida es nuestro alimento interior. Es pegamento social, un escaparate de nuestra identidad que puede consolarnos, revelar recuerdos de tiempos olvidados y lugares ocultos. La comida puede traer alegría, estatus, tristeza, convivencia y conexión. Es mucho más que calorías. El mundo está lleno de seres humanos que necesitan comer, pero la forma en que comemos, lo que comemos y los rituales y las etiquetas que tenemos para comer son muy diferentes de un lugar a otro del mundo. La forma en que consideramos el desperdicio de alimentos, la forma en que servimos y recibimos alimentos, la forma en que compartimos los alimentos.

La mayoría de estos métodos se cultivan históricamente de cierta manera. Algo puede ser una tradición y por lo tanto indudable, pero una vez también se inventó una tradición. Cocinar con fuego es una invención. Cultivar alimentos en granjas es un diseño. Usar una cuchara para comer su sopa es una decisión que se tomó una vez y que hoy en día se considera la forma correcta de comer. Pero todas estas cosas, cucharas, platos, cubiertos y palillos, alguna vez fueron inventados o diseñados por alguien. Las tradiciones pueden ser antiguas, pero no es que siempre hayan existido. Como la comida es mucho más que un simple alimento físico, podemos tomar la comida (o el acto de comer) y aplicarle el pensamiento de diseño”.

De esta forma, se podría afirmar que el eating design implica trabajar con el patrimonio, la cultura, las influencias sociales y psicológicas que permiten explorar al mundo desde otra manera más simple, emocional e íntima.

Es darle valor a la comida y que los comensales también sientan ese valor que tiene el alimento diario, ya que muchas veces lo olvidamos. Descuidamos cómo podemos conectarnos con los demás a través de la comida e incluso nuestra identidad. En cambio, si se genera este cambio, las personas estarán dispuestas a pagar el valor adecuado y justo por un alimento hecho por un artesano como lo es el panadero o pastelero. ¿Te atreverías a utilizarlo en tu negocio? ¿Qué narrativas aplicarías a tu producto?

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