La transformación del precio del pan de $100 a $500 definitivamente es una realidad. Y esto no es solo un tema exclusivo de las ciudades principales, pues la inflación que vive el país ha hecho que cerca de las 25.000 panaderías que están constituidas legalmente atraviesen por un duro momento en donde las materias primas, para algunos “están por las nubes”.
Según un informe de la compañía de investigación Nielsen, la compra de pan decayó en los últimos años en un 0,7%, pero su precio aumentó en un 4.7% aproximadamente. Y aunque estemos lejos de ser un país líder en el consumo de pan (Colombia tiene un consumo de 27 kilos per cápita por año frente a los 140 del líder Chile), la panadería mueve la economía de una gran parte de la población ya que, al ser un producto alimenticio accesible, y hasta entonces económico, es muy popular en los estratos bajos cuyo consumo se orienta, incluso, como el reemplazo de una ración de comida.
Pero, ¿por qué se ha encarecido tanto el precio del pan? Lo primero que debe saber es que esto no es un tema de unos pocos. Y aunque el elevado precio del dólar sí ha afectado el costo de las importaciones (Colombia importa el 99,7% del trigo con el que se hace el pan), la problemática tiene un trasfondo de índole global.
La guerra entre Rusia y Ucrania, quienes además son grandes productores de trigo, ha hecho que en cierto momento el producto escasee generando una alta demanda por la materia prima como tal. Además, la crisis logística y portuaria complicaron el panorama incrementando los fletes hasta en un 70% sobre el valor tradicional.
Según Marcela Morales, directora de la Asociación Nacional de Fabricantes de Pan (ADEPAN) “la harina ha subido un 26%, el azúcar un 41%, huevos un 25% y el aceite de palma un 33%”. Dicho panorama pone en una encrucijada a los negocios de Colombia, pues es inminente que para poder producir es necesario comprar ingredientes básicos para la producción de pan a precios elevados, por lo que el incremento deberá trasladarse obligatoriamente, al cliente final.
Pero qué piensan los protagonistas del gremio sobre el contexto económico y social que vive la panadería en Colombia. ¿Cómo están mitigando las alzas y el impacto en su producto los panaderos locales?
Para Juan Sebastián Gutiérrez, de la panadería Rico Pan, de la ciudad de Medellín “la subida del precio de los insumos, en muchos casos, se ha vuelto insostenible, Incluso muchos colegas han tenido que cerrar sus negocios. Los precios fluctúan semanalmente y en vez de disminuir, siempre aumentan”, puntualiza.
Este impacto claramente no solo se ve reflejado en las finanzas de panaderos sino de las cifras que maneja el sector en general.
Por ejemplo, un colombiano promedio antes compraba pan 5 o más veces a la semana. Con el panorama actual, esa intención de compra se ha disminuido incluso a la mitad “Antes me gustaba probar panes diferentes; dulces, hojaldrados, entre otros . Ahora, solo compro pan de queso, pan blandito o francés, pero no en la misma cantidad de antes porque el bolsillo no da”, asegura Jaime Velásquez, habitante de la ciudad de Cali quien ha disminuido su compra por el factor económico.
Por su parte, Arbey Cabrera, propietario de la panadería Delicias de mi tierra, en Bogotá, afirma que “La afectación que hemos venido teniendo en el gremio ha sido muy grande ya que estos incrementos no se le pueden pasar al consumidor, por lo que nos toca asumir una reducción muy alta en nuestros ingresos. Además, productos como el almidón de yuca y el queso han subido de una manera sustancial, lo que a mi modo de ver no tiene justificación alguna ya que son hechos con materia prima nacional” .
Justamente, el fenómeno del almidón de yuca ha sido otro de los detonantes del complejo panorama de la panadería en Colombia. Muchos establecimientos han mermado, e incluso eliminado la producción de amasijos tradicionales como el pan de bono, la almojábana y el pandeyuca; “Tenemos dificultades con el almidón, que está escaseando, por ejemplo, en el Valle del Cauca debido a que hay menos disponibilidad de yuca. Parece ser que se está contrayendo un poco la siembra de la yuca”, afirma Marcela Morales, directora de ADEPAN.
Aunque mucho se habla sobre el incremento del precio del pan, las pastelerías no están ajenas a los incrementos de precio. Según Denisse Camhi, cabeza de la cadena de pastelerías bogotana Myriam Camhi “El alza de los precios ha afectado muy duro el tema operacional. Los clientes no ven todos los gastos que hay detrás de una planta de producción, los salarios, servicios, insumos. Está complejo el panorama”.
Por ahora hay muchas especulaciones e incertidumbre respecto a la estandarización de precios, pero si algo está claro es que si algo debe hacer el sector panificador colombiano es promover el consumo de productos de calidad. Está claro que lo económico es un detonante para buscar alternativas, sin embargo si se educa y culturiza al cliente sobre la importancia de consumir panes con materias primas de nivel, el factor precio jamás opacará el placer y lo benéfico que será llevarse a la boca un buen pedazo de pan.