El pan es uno de los alimentos más versátiles de la gastronomía en general. Gracias a sus texturas, formas, aromas y sabores va muy bien como complemento para el desayuno y funciona a las “mil maravillas” cuando se combina con salchichas, jamones, carnes, quesos, rellenos dulces, frutas y hasta chocolate.
Y aunque para nadie es secreto que hoy en día las posibilidades en cuanto a oferta son muy amplias gracias a las redes sociales, los buscadores y las páginas web, lo cierto es que en Colombia el consumidor promedio aún mantiene la costumbre de caminar por las calles de su barrio para entrar a la panadería de confianza y descubrir un mundo de posibilidades en donde los colores, las exhibiciones en vitrina y el olor a pan recién horneado juega un papel fundamental para atraer la atención.
Sin embargo, desde hace 8 años un cocinero, influencer, emprendedor y artista se dio a la tarea de crear un concepto nunca antes visto en Colombia y donde el gusto del comensal siempre ha sido fundamental para descubrir, tras una semana de concurso, en dónde se come la mejor hamburguesa de Colombia.
Está claro que con este tipo de iniciativas se evidencia la importancia que adquiere el pan en el día a día de los colombianos. Pues más allá de ser un producto categorizado bajo el nicho de una panadería de barrio, con el pasar del tiempo se ha transformado a diferentes contextos; hoy el pan se sirve en restaurantes populares, en restaurantes a manteles, en cadenas, en pollerías, en los desayunos, en las cenas, en los almuerzos y en los concursos de los que cada vez más personas participan, no solo desde el lado comercial, sino de degustación.
Porque aquí no solo gana Tulio, las hamburgueserías y los productores de panes industriales; aquí el gran ganador es el pan que cada vez se vuelve más popular en Colombia.