La revolución de la gastronomía ha tomado caminos jamás contemplados. En tiempos pasados, el personal de un restaurante, una panadería o una pastelería se dedicaba únicamente a responder por los quehaceres de su oficio. El contacto con el exterior era mínimo y su faceta de influenciador no iba más allá de su grupo de trabajo, la clientela de un negocio, y tal vez, la zona en donde estuviera ubicado su establecimiento.
Sin embargo, con el pasar de los años la faceta de cocinero, panadero o pastelero ha evolucionado y el oficio cada vez comienza a ser más admirado por grandes y chicos que sueñan con algún día convertirse en ese personaje que cocina, amasa y bate todo el día, que es exitoso, y maneja su tiempo en su propia compañía. Los medios han ayudado a este auge por el sector, por lo que actualmente no es de extrañar ver a cualquier gastrónomo siendo imagen para una marca de carros, un banco, una tienda de electrodomésticos e incluso copando las pantallas de los televidentes en un horario prime.
Pensando en las audiencias jóvenes, en Ecuador se lanzó “En las puertas del horno”, un programa enfocado en encontrar al mejor panadero de Quito bajo un formato digital creado por los Medios Públicos y emitido por Ecuador Tv a través de su canal de Facebook.
Para acceder a los 8 cupos del programa los aspirantes debían cumplir con requisitos como trabajar o tener un negocio dedicado a la panificación en la capital ecuatoriana, al igual que grabar un video de no más de un minuto en el cual explicaran las razones por las que querían participar así como el nombre del establecimiento que representarían y su ubicación.
Una vez elegidos los 8 participantes, la audiencia del país vecino empezó a seguir el reality cada viernes durante dos meses. El formato incluyó a una reconocida presentadora ecuatoriana así como a tres experimentados jurados en temas de panificación. El día a día del concurso transcurrió entre retos creativos, técnicas, conocimiento de herramientas; como por ejemplo la cantidad de materia prima en determinado producto, el tiempo y temperatura de horneo y de leudado, entre otros.
Quienes siguieron de cerca el primer Reality de panadería del continente pudieron disfrutar de retos técnicos como la elaboración de productos típicos de la región como las guaguas de pan, el pan cachito y el pan de agua; o los retos creativos que tuvieron exigencias como la elaboración de empanadas con ajo, hígado de pollo y patas de res o la decoración de una guagua inspirada en los súper héroes de Marvel Comics.
En total, un número de 7 capítulos fueron emitidos hasta el día 18 de enero momento en el cual se decidieron los cuatro finalistas que obtendrían el tan anhelado horno dorado. El concurso como tal entregó premios como una amasadora, un frigorífico, herramientas de publicidad para los negocios, entre otros.
Tras una ardua competencia, el vencedor de esta edición fue Ángel Armas, un joven panadero que además de representar a la empresa familiar Panificadora Armas, descrestó capítulo tras capítulo al jurado con sus técnicas, conocimiento y creatividad en cada uno de los productos.
Este sin duda es un gran ejemplo de cómo un oficio tradicional puede estar a la altura de cualquier sector que genere interés en una audiencia. Por lo pronto el público del continente espera con ansias qué otro país se interesa por darle vida a un nuevo concurso que permita seguir fomentando la panadería.
