Hacemos Pan, hacemos Paz; en un mundo donde las oportunidades escasean y donde el señalamiento por los errores cometidos en el pasado son juicios de valor con el que algunos tienen que vivir a diario, llega una iniciativa incluyente en la cual las personas, sin importar de donde vienen, o cómo llegaron allí, tienen una segunda oportunidad gracias a un programa creado desde 2017 por Levapan y que busca promover el cambio y el progreso desde un común denominador llamado paz.
Hacemos Paz, hacemos Pan es un proyecto impulsado desde el área de Responsabilidad Social de Levapan y cuyo objeto no es otro diferente al de aportar, mediante educación y capacitaciones en temas como panadería y pastelería, el reintegro a la vida civil de excombatientes, soldados heridos en combate, mujeres vulnerables y militares que se encuentran privados de la libertad en diferentes centros de reclusión de Colombia.
La idea nació dos años atrás, inspirados en la coyuntura nacional de la firma del acuerdo de paz. Para lograrlo, se trazaron diversas alianzas que ayudaron a simplificar el proceso. Por ejemplo, el Ministerio de Defensa, la ARN (Agencia para la reincorporación y la normalización), el Sena, el Ejército Nacional, el CRI (Centro de Rehabilitación Integral) y la Andi facilitaron cifras, datos, permisos y demás trámites y requisitos que debían cumplirse para llevar a cabo un plan de trabajo exitoso y 100% funcional. Además, aportaron estrategias enfocadas en la construcción de proyectos de vida y demás ayudas que encajaran de forma correcta en la ruta de trabajo diseñada por Levapan.
La campaña inició con varios retos: capacitar, en lo posible, la mayor cantidad de militares encarcelados (la cifra comprendía un total de 2.500), además de diferentes viajes hasta zonas veredales para entrevistarse y enseñar a grupos de reincorporados (ex combatientes de las Farc) que vieron en la panadería una opción no solo de negocio sino de progreso y de superación personal.
¿Cómo funciona?
El equipo base cuenta con la colaboración de 25 expertos que hacen parte del departamento técnico de Levapan, así como de una de las herramientas que más genera curiosidad en las zonas a las que llega: el aula móvil; un tráiler acondicionado con maquinaria y equipos y desde donde se pueden impartir clases a grupos entre 12 y 15 personas.
El objetivo del programa es el de compartir conocimientos en temas específicos como panadería y pastelería bajo un formato teórico práctico. Los cursos están diseñados para que los inscritos participen durante tres días seguidos, en una intensidad horaria de ocho horas. No obstante, cuando el grupo de participantes supera el número estimado se dividen las actividades hasta en una semana.
Dicho esto, y gracias a las facilidades de operar en cualquier lugar de la geografía nacional gracias al aula móvil, Hacemos pan, hacemos paz ha llegado a poblaciones como Agua Bonita, en el Caquetá, Icononzo, en Tolima e Ituango, en Antioquia, entre otros.
“En Levapan creemos en las segundas oportunidades. Este año queremos darle un nuevo frente al programa. Estamos trabajando con jóvenes que han sido víctimas del conflicto, así como con mujeres cuyo proyecto de vida se centra en abrir su propia panadería pero que por su condición se les dificulta. Hace poco estuvimos en el Chocó con un grupo llamado los “Chocopanaderos”; jóvenes que a pesar de sus condiciones económicas y sociales tienen un proyecto muy interesante pero que por la falta de recursos se quedan cortos en formación. Nuestro aporte en este caso ha sido la transferencia de conocimiento.”
Ana Milena Celis,
Gerente corporativa de responsabilidad social.
Además de las alianzas anteriormente mencionadas, el 2019 trajo consigo una nueva vinculación a esta iniciativa. Se trata de Acción interna, fundación que lidera la ex presentadora y actriz Johana Bahamón, y mediante la cual se han generado capacitaciones en pastelería para las mujeres recluidas en la cárcel del Buen Pastor, en Bogotá. La necesidad de las reclusas, según fuentes consultadas, está en querer aprender a hacer tortas y productos diferentes para ofrecer en visitas de familiares y demás eventos especiales en donde se pueda comercializar o promover un producto idóneo para una celebración.
Dentro de los alcances del programa, además de las instituciones gubernamentales y sin ánimo de lucro que se han vinculado al proyecto, se han venido estableciendo y promoviendo dinámicas de participación social al interior de Levapan. Mediante la generación de un mensaje positivo, en donde se invita a que cada una de las personas que trabajan en la Compañía sientan que su empresa se preocupa no solo por su bienestar sino por aportar al cambio del contexto social del país, se ha logrado generar un impacto favorable. Muestra de ello es la participación de una unidad de negocio del grupo llamada Sabores y nutrición, bajo su marca Terramia, en donde a través de insumos orgánicos provenientes de la levadura se han promovido proyectos interesantes en la cosecha de la tierra.
“Varios desmovilizados se dedicaron a cultivar la tierra con siembras de tomate, cebolla y piña. A través de Terramia, logramos prestar asesoría técnica mediante expertos quienes han guiado el proceso de principio a fin. Tal es el punto, que a hoy los cultivos ya dieron frutos” Ana Milena Celis.
Por ahora, Hacemos Pan, hacemos paz tiene un 2019 lleno de retos, siempre bajo el objetivo de continuar llevando educación, conciencia social y herramientas útiles para que las personas puedan levantarse, a pesar de las adversidades, y demostrarse a sí mismos y al país entero que sí se puede salir adelante. Porque Levapan cree en las segundas oportunidades.
¿Cómo ser parte?
Quienes quieren hacer parte de este proceso deben juntar un mínimo de 8 personas interesadas y enviar la solicitud al Departamento de responsabilidad social de Levapan. Los cursos son completamente gratis, e incluyen materias primas, herramientas y todo lo necesario para producir y desarrollar productos de la mano de los expertos.