En Colombia, un país donde la creatividad se mezcla con los ingredientes más exquisitos de las regiones, emerge una historia que deleita tanto como los postres que se crean. En un mundo donde el arte culinario y la pasión por la repostería se entrelazan, un nuevo protagonista ha tomado el escenario con una frescura y juventud que cautiva los paladares y los corazones por igual.
Las mariposas en el estómago son el fiel reflejo de la emoción que se siente al iniciar un nuevo camino. Pero, el reto es grande y más cuando pasan 70 años en una relación; la misma que nació en la década del 60 y que a hoy se mantiene, perdura en el tiempo y se conserva intacta entre una de las pastelerías más antiguas del país y Levapan.
Todos abordo
Luego de 45 días de travesía en barco, el suizo Rodolfo Lendi pisó tierras colombianas. Su objetivo era claro: conocer el país y trabajar de la mano de Max Jourdan, un coterráneo suyo que envió un comunicado a Suiza solicitando un tecnólogo pastelero que quisiera venir a trabajar a Colombia. Él, con ganas de conocer el mundo, y con su juventud a cuestas, estaba feliz de pisar tierras desconocidas y poder experimentar una vida llena de retos y emociones.
Sus inicios fueron en Pereira, en la pastelería Lucerna, de la que Jourdan es fundador y dueño. Años después de trabajar de su mano, su jefe y amigo le propuso que manejara La Suiza, una icónica pastelería que desde hace 70 años está deleitando a los habitantes de Manizales.
Sus puertas se abrieron en los años 60 con productos de pastelería que, para ese entonces, no existían en la ciudad. Tortas, pasteles, chocolates rellenos y turrones, fueron parte de esa propuesta innovadora que, poco a poco, fue ganando terreno.
El interés por trabajar y sacar este proyecto adelante no solo inundó a Rodolfo; Gladys, su esposa, una colombiana fuerte y trabajadora, le imprimió ganas y puso lo mejor de sí para que juntos lograran el crecimiento del negocio. “Mi mamá hacía nómina, pagaba sueldos, hacía las compras y estaba detrás del mostrador. Ella trabajó hombro a hombro con mi papá”, cuenta Cristian Lendi, uno de los dos hijos de la pareja.
Otro gran aliado de La Suiza ha sido Levapan, su proveedor de cabecera desde hace muchos años. “Desde la llegada de esta marca a Manizales, hace 70 años, hemos crecido de la mano. Nos ha acompañado desde que comenzamos, nos ha asesorado a la hora de crear nuevos productos, nos ha ofrecido un catálogo extenso que nos evita tener que importar los ingredientes que necesitamos y nos mantiene al tanto de las tendencias en pastelería”, dice Lendi.
Levadura, polvo de hornear, mermeladas, coco, salsa de tomate, mayonesa, leche condensada y brevas, hacen parte del catálogo de productos que La Suiza le pide a Levapan para lograr sus creaciones, las cuales no solo son de dulce, como la milhoja o el acordeón –los dos más apetecidos por los clientes–, sino también aquellas que hacen parte del amplio menú de sal que han incorporado con los años, gracias a que Gian Duri Lendi, el segundo hijo de Rodolfo y Gladys, viajó a Barcelona a estudiar Alta Cocina en la Escuela de Hostelería Hoffman, con el fin de innovar y ofrecer una propuesta diferente.
Tras su regreso al país, en 2007, estructuró la carta y creó platos de desayuno y almuerzo, como el volován de stroganoff, el salmón toscana, la ensalada verde con pollo crocante, el omelette marroquí y las tostadas francesas, entre otros. Además, desde hace un año incorporó distintos tipos de pan, que desde entonces han sido un éxito, todo porque “el cliente lo pedía”.
Esta nueva creación lleva también el sello de calidad que ha tenido La Suiza durante estos 70 años, en los cuales la preparación rigurosa y el uso de las mejores materias primas han sido la clave para mantener el sabor. “La gente sabe que nuestros productos se mantienen intactos, por eso los dos puntos de nuestra pastelería –ubicados en el centro de la ciudad y en el cable– ya son tan reconocidos y cuentan con gran afluencia”, asegura este economista.
Sus productos están en algunas ciudades del país, ya que se comercializan en algunos aeropuertos. Los dos de Medellín, el de Cali y el de Manizales tienen tiendas de terceros con sabores insignia de La Suiza panadería.
Este negocio no deja de sorprender y dar lo mejor. Actualmente maneja más de 100 productos y tiene 90 empleados. Aunque los clientes sueñan con ver a La Suiza en otras ciudades del país, Cristian cree que por ahora están muy bien en Manizales y asegura que vale la pena concentrarse en que los dos puntos del negocio sigan teniendo.
En un futuro, Lendi quisiera que sus dos hijas, de 7 y 10 años, y su sobrina, que tiene la misma edad de su hija menor, se dedicaran a seguir trabajando por mantener el legado que sus abuelos, y ahora su papá han hecho crecer con tanto esfuerzo. Por ahora, solo sabe que a las niñas les encanta ir a que en la fábrica les enseñen a preparar todas esas recetas que han hecho que La Suiza siga vigente en el corazón y el paladar de sus visitantes.