Uno de los grandes clamores de los empresarios gastronómicos es la reapertura de sus negocios. Pero, ¿cómo va a ser esta reapertura? ¿Cuáles van a ser los mayores retos y oportunidades que va a dejar esta acción?
Estas son algunas de las preguntas que se realizan día a día los propietarios y administradores de panaderías frente a la incertidumbre que trae un panorama desconocido.
“Para mí la reapertura va a ser gradual. En el momento en el que nos den vía libre para movilizarnos y poder ir a los lugares de diversión, creo que va a ser muy positiva. Sin embargo, las personas no van a salir a llenar los establecimientos, sino que poco a poco van a ir cogiendo confianza. Por eso, es un panorama desafiante. Nos vamos a tener que enfrentar a un nuevo sistema e incluso a nuevas políticas. A nuevas formas de vender, de atender y de atraer a los clientes. Lo otro es que debido a este fenómeno que atravesamos con la pandemia, hay otras circunstancias que nos van afectar indirectamente como el crecimiento del desempleo, por lo que habrá que esperar a que la economía se reactive para que jalone todos los nichos de mercado”, asegura Eliana Arcila Manrique, directora de operación de la panadería Santa Leña.
De ahí, que el mayor reto que ven los propietarios de las panaderías no es la reapertura, sino la reacción del mercado, donde se prevé un aforo del 20% inicialmente. Por lo que la rentabilidad bajo la premisa de este porcentaje no va a ser muy buena. Lo que hace que el modelo de negocio de los domicilios cada vez se fortalezca, mucho más que el take out, que lentamente va a ir perdiendo fuerza con la apertura de los locales.
Aun así, “el nivel de inversión va a ser alto porque hay que adecuar los establecimientos a las situaciones que no estaban previstas. Hay que adecuar la cocina, el salón, comprar maquinaria como impresoras para los domicilios, comprar nuevas líneas de teléfono, elementos de bioseguridad, empaques, entre otros. Por eso, los costos deben ser muy claros, porque los sobrecostos de los protocolos de bioseguridad no son económicos. De ahí, que los empresarios deban preguntarse si es necesario abrir o mantenerse con domicilios e invertir mejor en publicidad, mientras vuelve la confianza de la gente para volver al lugar”, asegura Agustín Romero, propietario de la panadería Los Porteños en Medellín.
Sin embargo, los establecimientos que tomen la decisión de abrir, deben tener en cuenta varios aspectos como: los canales por los cuales van a funcionar, fortalecer el tema de la tecnología, la calidad, el servicio, que producto pueden transformar o desarrollar, cómo pueden innovar y hacer sentir seguro al consumidor. Hay que pensar en el cliente. Qué es lo que quiere. Qué busca.
Sobre todo porque, “el consumo de pan no ha bajado, lo que ha pasado es que las personas han cambiado la manera en como lo compran. Entonces si yo soy una panadería que vende pan a granel y el mercado está migrando hacia pan empacado, entonces tengo que mirar cómo lo voy a empacar y presentar. Lo que hay que tener en cuenta es que está buscando el cliente y qué es lo compra”, establece Juan Manuel Martínez, propietario de Artesa Panadería.
De esta forma, la pandemia deja más ventajas que desventajas al sector. “Tenemos la oportunidad de fortalecernos y de crecer en medio de esta situación. Ahora, hay más empresas grandes atendiendo mercados grandes, que empresas pequeñas. La oportunidad está en consolidarse. En transformarse a la era digital teniendo en cuenta tres aspectos: los activos digitales, el uso digital de las herramientas y el personal digital. Si la empresa no se transforma, el reto va a ser cada vez más grande”, agrega Juan Manuel.
Por eso el futuro está en seguir innovando y en preocuparse por realizar productos con materias primas de calidad, buenos procesos, buenas prácticas de seguridad y sin descuidar los valores nutricionales. Allí va a estar la rentabilidad y el éxito. También en brindar experiencias. ¿Qué otros desafíos y oportunidades ves con la reapertura de los negocios gastronómicos?
