Inspirado por el sueño de crear un colegio que brindara la oportunidad de educarse a las clases menos favorecidas y especialmente a los niños víctimas de la violencia de los años 50, el primero de octubre de 1959 nuestro fundador, Guillermo Ponce de León, materializa sus esfuerzos y constituye en la ciudad de Tuluá (Valle del Cauca) un colegio que lleva su nombre.
Desde entonces, en aras de promover la igualdad y el derecho a estudiar, el Colegio Guillermo Ponce de León instauró como política la educación de alta calidad que además cubriera la dotación de uniformes, útiles y refrigerios.
Hoy por hoy, quien visite las instalaciones de nuestra institución educativa en Tuluá se encontrará con un colegio moderno que promueve el bilingüismo, que facilita el acceso a la educación técnica y tecnológica, que apoya la implementación de políticas de primera infancia y que forma estudiantes en habilidades socio emocionales y éticas necesarias para el bienestar individual y social en el siglo XXI.
Programa de educación social, emocional y ética (ASEE)
El objetivo de trabajar en la formación en valores nos llevó a recibir, en meses pasados, la visita de funcionarios de la Universidad de Emory (Atlanta, USA) y del representante del Dalái Lama en nuestro colegio.
A través de esta visita trabajamos conjuntamente para implementar el Programa de Educación Social, Emocional y Ética (ASEE): un plan de estudio de la Universidad de Emory que trabaja con los estudiantes para cultivar en ellos valores humanos básicos, compasión e inteligencia ética.
“Este programa está basado en la compasión, la resiliencia y el trabajo en equipo. Pero hablar de compasión no tiene nada que ver con el pesar, por el contrario nos enfocamos en enseñar cómo cuidar de nosotros mismos y a los demás con la capacidad de actuar, y así llevarlo a la acción para realmente ser efectivos. Por el lado de la resiliencia, el objetivo está en enseñarle al niño a sobreponerse ante situaciones adversas, mientras que el trabajo en equipo fomenta el relacionamiento con los demás y el bienestar, además del individual, de la sociedad”, explica Ana María González, consultora organizacional de la Fundación Levapan.
Adicionalmente, la inclusión de un programa de competencias socioemocionales y éticas en el plan de estudios del Colegio Guillermo Ponce de León nos permitirá, entre otros:
- Formar a nuestros estudiantes en valores humanos.
- Estimularles la inteligencia emocional y ética.
- Mejorar la toma de decisiones de los infantes.
- Ayudarles a descubrir soluciones y encontrar la felicidad.
- Capacitar a los docentes en competencias de ética y valores.
¿Qué viene ahora?
Actualmente, personal del colegio al igual que miembros de la Fundación Levapan trabajan arduamente para certificar a más personas que quieran ejercer el rol de facilitadores o multiplicadores del programa.
Para ello, instituciones como la Alcaldía Municipal de Tuluá, la Secretaria de Educación de Tuluá y los medios de comunicación locales, son parte activa de un plan enfocado en promover e implementar este modelo por competencias socios emocionales y éticos en otros colegios públicos de la ciudad.
Además se proyecta que el programa pueda expandirse a otros territorios en Colombia en donde Levapan tenga presencia y donde se pueda aportar desde la educación a la formación de los líderes del mañana.
El espíritu con el que La Fundación Levapan ha decidido asumir la responsabilidad de aportar un grano de arena a la educación de Colombia, se ha consolidado en una importante realidad que nos hace sentir orgullosos.