Lograr escribir el nombre de una familia en la historia y tradición de un municipio es un logro de admirar, sobre todo si se obtiene sin ninguna pretensión de hacerlo.
El Señor Marcos Rodríguez y su esposa Aura Alicia Salamanca quedaron ya inscritos en la historia de La Vega, por ser los dueños de la receta de los dos productos panaderos más tradicionales del municipio: el pan y roscón resobado.
Hoy Revista Pan Caliente les trae una historia llena de esfuerzo, pasión y amor por un oficio que requiere mucha constancia pero que deja una vida llena de satisfacciones personales y colectivas.
En la Vega todo comenzó.
La Vega es uno de los municipios turísticos que hacen parte del departamento de Cundinamarca y queda a tan solo 45 minutos de Bogotá, su clima es cálido, es un lugar acogedor y su gente se distingue por ser muy amable y trabajadora.
La señora Aura Alicia habla con entusiasmo la época en la que su negocio empezó, la recuerda con fechas exactas, con emoción, sus ojos miran al frente como sacándole al presente los recuerdos con el que ha sido construido;
“Mi padre fue quien sacó financiado el primer horno que tuvimos, nos regaló la cuota inicial que fueron $5 pesos y mensualmente debíamos pagar el mismo valor, pero era difícil conseguirlos, a veces hacíamos $3 o $4,50 pesos por lo que nos tocaba estar pidiendo plata prestada para completar lo de la cuota, mi padre era un hombre muy estricto y un día no tuvimos como pagar la cuota y me dijo: me hace el favor y se me va de la casa porque a mí nadie puede quedar mal , y pues tuvimos que salir con mi esposo a buscar una pieza, afortunadamente la panadería siguió porque mi papá nos había dejado el local”
La receta que se hizo tradición
Cuando La Vega no tenía sino una entrada, la panadería estaba ubicada en la calle del comercio que era hacia el cementerio, en ese entonces bajaba la gente de Pacho, Nimaima, Supatá, Vergara, a mercar aquí, las señoras de esas veredas venían a comprar el pan en nuestra panadería, unas de ellas vendía mantequilla en hojas de plátano y no la pudieron vender, entonces un día le dijeron a mi esposo que por qué no les compraba la mantequilla y hacía unos panes resobaditos, mi esposo aceptó, como ya tenía un buena experiencia como panadero, pues desde los 12 años él trabajaba en ese oficio, se inventó la receta y el pan se quedó con el nombre que ellas le dieron.
¿Pero a qué se debe la fama del pan resobado?
El 25 de Junio de 1972 llegó la flota Águila a la Vega, y los dueños nos dejaron la agencia, todo el mundo empezó a viajar en la flota, fue todo un éxito. Mi esposo me dijo porque no hacemos paquetes de 5 y 10 unidades y verá que la gente empieza a comprar.
Y efectivamente los paquetes los compraban para llevarlos de presentes a su familia y ahí se volvió famoso El Pan de la Vega Cundinamarca, nosotros hace más de 20 años tenemos registrados ante notaria, el Pan y Roscón resobado de la Vega Cundinamarca.
Mi esposo duró como 60 años como panadero amaba su oficio, era un maestro en panadería, era un creativo permanente y yo amé este oficio por él, en mi casa nadie tenía conocimiento de hacer pan, eran negociantes, por eso mi papá nos apoyó desde el principio porque sabía que Marcos era panadero y él quería que nosotros tuviéramos algo.
“El talento es algo bastante corriente. No escasea la inteligencia, sino la constancia”. Doris Lessing.
