Hablar de pastelería significa dejar que la imaginación nos lleve a los más dulces momentos de la vida, pues particularmente el paladar sabe guardar muy bien el sabor a felicidad.
Actualmente la pastelería creativa ha ganado un lugar muy importante entre los consumidores, que sin dudarlo deciden pagar por diseños únicos, llenos de originalidad y estilo.
Cada diseño se convierte en un reto para el artista que la elabora, a mayor tamaño mayor complejidad, pues no basta con tener los sólidos conocimientos en pastelería sino que es necesario mezclar otra variedad de disciplinas empezando por matemática, química, arquitectura, diseño hasta ingeniería.
Así la pastelería creativa llega a un nuevo nivel por el despliegue de técnicas y conocimientos que se necesitan para satisfacer no solo visualmente sino además le paladar de quienes han decidido invertir en la elaboración de un pastel que a todas luces rompe los esquemas tradicionales.
¿Cómo está la pastelería creativa en Colombia?
Se ha ganado un importante lugar, sobre todo en la generación de nuevos pasteleros, que siempre quieren estar a la vanguardia de lo que ocurre en el mundo para poder ofrecerlo a sus variados clientes.
Hoy en revista Pan Caliente podrá conocer la trayectoria de Deiby Sánchez, quien a pesar de su corta edad, es hoy por hoy uno de los jóvenes pasteleros más importantes del país.
Siéntese con un trozo de su postre favorito acompáñelo de un buen café y deléitese conociendo el trabajo de este apasionado artista.
¿Cómo empezó en el mundo de la pastelería?
Deiby Sánchez: es muy curioso porque creo que una gran mayoría de pasteleros y panaderos llegan a la profesión por necesidad y no fui la excepción, no sabía que mi vida cambiaría cuando leí el siguiente letrero: “se necesita vendedor de vitrina” anuncio puesto en una de las pastelerías tradicionales en Ibagué, en ese momento tenía las manos vacías y una urgente necesidad de trabajar, pues había perdido mi antiguo empleo en un recorte agresivo de personal qué hizo la empresa por ese época, yo inventariaba farmacias.
Entonces me le medí al empleo, empecé, limpiando latas, en mis momentos libres cargaba un cuadernito en el que hacía dibujos, hasta que un día una pastelera llamada Angie me preguntó si yo hacia esos dibujos, le dije que sí, entonces me preguntó que si era capaz de dibujarlos sobre las tortas, así comencé e hice mi primer muñeco: Woody el Vaquero de Toy Story, me quedó bien hecho, me demoré como 3 horas dibujándolo a mano alzada sobre un ponqué. En ese momento llevaba 4 meses como vendedor de vitrina.
A partir de ahí nació mi amor por la pastelería, era el único encargado de dibujar tortas los fines de semana, simultáneamente iba aprendiendo a preparar tortas, desafortunadamente no me podían pagar más y decidí buscar nuevas oportunidades.
¿En algún momento estudió o fue totalmente empírico?
Estudié cuando estaba convencido que la pastelería era lo mío, era mi vida, así que quería volverme realmente bueno. El chef Luis Ovidio González, vio quizás algo de talento en mí y me empezó a pulir aún más, estudié Pastelería en el SENA salí certificado, seguí aprendiendo con Luis Ovidio tallado de tortas, el tema de estructuras pero sencillas porque él es experto, de hecho ha sido campeón, en temas de cremas y grasas, en manejo de boquillas, aerógrafo, además es excelente dibujante, él fue una inspiración para mí. Luego me fui a Brasil a especializarme en Chocolatería con Diego Lozano, y luego aquí en Colombia con Molly Coppino en Confitería.
¿Cómo llega a la Panadería La Mejor en Cúcuta?
Luego me fui para la ciudad de Cúcuta, ya con un amplio conocimiento en temas de pastelería, llegué a la Panadería La Mejor como Desarrollador Técnico, ellos tenía un esquema bastante organizado en cuanto a pastelería tradicional, entonces llegué a proponer, cree una sección que se llamaba Mantenimiento, que eran los encargados de elaborar cualquier estructura que se me ocurriera. Cada semana sacaba un producto nuevo para la empresa.
Ellos tienen algo que no tiene ninguna pastelería en Colombia y son unas cápsulas de venta encerradas en vidrio, dentro de cada una hay un vendedor con computador para asesorar muy bien al cliente, quería que las cápsulas se vieran espectaculares, entonces trabajamos cakes gigantes que les dio una apariencia imponente y por supuesto eso atrajo mucho a los clientes.
¿Cómo lograr llevar a otro nivel una panadería que ya es bastante reconocida?
Nos lanzamos a hacer reinauguraciones de los puntos de venta, la idea era repartir una torta gigante para los clientes, entonces el primer proyecto que sacamos fue el Bumblebee uno de los Transformers, que Buddy Valastro hizo como cake gigante en Estados Unidos.
Empezamos a enviar publicidad acerca de las reinauguraciones que se iban a hacer a través de distintos medios de comunicación de la región, duramos 3 días preparando el Bumblebee con 4 auxiliares trabajando de sol a sol para que el día de la reinauguración estuviera perfecto. Transportarlo fue la locura porque lo llevamos en esos carritos de carga de arrastre, el cual se adaptó con llantas normales, además lo llevamos por la mitad de la calle porque medía 1.70 mts y los brazos se movían no cabía por el andén, paramos el tráfico, la gente nos preguntaba que si era una torta real, y nosotros pendientes para que no le pasara nada, teníamos que recorrer 2 o 3 cuadras del punto de fábrica al punto de inauguración.
El pecho del Bumblebee sonaba, tenía parlantes, tenía luces, el carro vibraba porque había baches y se le iban cayendo piezas, fuimos prevenidos, cargamos un kit para poder arreglar si algo pasaba, efectivamente se cayeron entre 7 y 8 piezas que no eran nada serio, las reparamos rápidamente, llegamos, conectamos los parlantes que eran vía bluetooth, pusimos la música de los Transformers, el punto estaba llenísimo, fue una experiencia muy linda porque incluso a pesar que afectamos el tráfico, nadie pitó, todos esperaban a ver pasar la torta, la gente nos tuvo mucha paciencia, estaba feliz, nunca habían visto en Norte de Santander una torta de esa magnitud, con ese estilo, con sonido y no creían que fuera para porcionar, la gente hizo fila. Éxito total en ventas.
Háblenos de la pastelería Montana
Bueno Pastelería Montana nace con la idea de ofrecer un lugar con un concepto diferente, llevamos la pastelería tradicional a otro nivel en cuanto a sabor, textura y presentación única que es el emblema de nuestro negocio. No queremos ser competencia de nadie.
La idea es que sea personalizado, que la gente interactúe con su torta o postre, que cuando los clientes vean sus pedidos se identifiquen con ellos por los sabores y colores. Les damos la posibilidad de probarlos antes de hacer el pedido.
Somos muy enfáticos en que el cliente se vaya completamente satisfecho con lo que le hemos preparado.
Montana ya lleva un año está ubicada en el barrio Restrepo en Bogotá, somos los primeros en Colombia en sacar estos productos al mercado.
Nos hemos caracterizado por ser una empresa que ofrece productos de calidad y está esquematizada para que el cliente se vaya satisfecho con productos bien preparados, todo lo que sale aquí pasa por prueba de nosotros si no pasa se queda y se repite.
A nivel nacional Montana la considero la mejor pastelería en el concepto artístico e innovador que tiene Colombia. Donde el cliente interactúa con su producto y pedido.
¿Qué consejo les puede dar a los pasteleros que están en formación?
El consejo es que se exijan, que se apasionen por lo qué hacen, que estudien y vivan actualizados permanentemente porque este es un trabajo muy cambiante y hay que estar a la vanguardia. Que sean disciplinados y constantes es lo único que garantiza que hagan cosas de gran calidad.
“El genio comienza las grandes obras pero solo el trabajo las acaba” – Joseph Joubert.