La tradición panadera en el municipio de Suaza, en el departamento del Huila, estaba en manos de las mujeres, recuerda don Misael Facundo quien creció en una de las familias con esta costumbre de la región.
En aquella época (década de los 70) el aroma de los sábados en la tarde era una mezcla de suave calor y exquisitez indescriptible – el olor que salía con el horneo de los panes se puede explicar con una sola palabra; felicidad – cuenta con una gran sonrisa don Misael.
En aquel tiempo las panaderías no existían como se conocen hoy en día, muy pocas personas preparaban pan para vender, cada finca hacía el suyo, eso permitía que cada uno le pusiera su toque personal en cuanto a sabor, forma e ingredientes.
El de consumo diario era el Pan de Sal:
Ingredientes:
- Harina de trigo
- Agua
- Sal
- Grasa de cerdo
- Grasa de vaca
- Levadura Fresca
- Huevos
Elaboración:
Cada sábado se ponían a mojar 6 libras de harina de trigo en una batea de madera, allí también se agregaban los demás ingredientes, y comenzaba el amasado que era totalmente a mano, una vez la masa quedaba completamente homogénea se dejaba en la misma batea y se tapaba con un paño blanco de tela para que creciera.
El tiempo de este proceso variaba de acuerdo con la temperatura del día, si estaba muy soleado se dejaba de 35 a 40 minutos, pero si el día estaba muy frío se dejaba hasta hora y media
Antes de comenzar el armado del pan, el horno se ponía a calentar con una capa de leña, cuando se quemaba se colocaba una capa de guadua seca, no se quemaban al tiempo porque calentaban muchísimo el horno y se podía quemar el pan.
Armado del pan:
Cuando la masa ya estaba lista se cortaba con la mano primero en tiras largas y luego cada tira se cogía con una mano y con la otra se cortaba en pequeños pedazos que equivalían a un pan.
Cada pedazo se aplanaba para darle la forma que tiene hoy un pan blandito, luego se colocaban en latones (latas pequeñas), que eran hechas de zinc, del que sobraba de los techos de las casas.
Los latones se engrasaban previamente con grasa de cerdo para evitar que el pan se pegara.
Cada latón tenía una capacidad de entre 8 y 10 panes, el horno una capacidad de 20 a 25 latones al mismo tiempo, que tardaban en cocinarse entre 10 a 15 minutos. Se preparaban 2 o 3 tandas, dependiendo del número de trabajadores que hubiese en la finca. La producción podía estar entre 480 a 750 panes por semana.
Luego de horneado el pan se dejaba enfriar durante unas 6 horas aproximadamente antes de guardarlo en unos canastos elaborados con bejuco y nuevamente se cubrían con un paño blanco.
Épocas Especiales:
Durante dos fechas especiales al año, se hacía un pan más grande y aliñado, es decir con mayor sabor, porque se le agregaban más huevos y grasa de cerdo. Ese pan se compartía únicamente con la familia en:
San Pedro, la fiesta más importante del Huila
Y para el desayuno del 25 de Diciembre.
Bizcocho de Maíz:
- Harina de maíz
- Agua
- Sal
- Grasa de cerdo
- Huevos
Preparación de la Harina de Maíz:
Para preparar el bizcocho se ponía el maíz en una olla de barro, se le agregaba agua con ceniza de leña quemada, y se dejaba de un día para otro, esto con el fin de quitarle el hollejo que tenía el maíz.
Al otro día se lavaba muy bien y se eliminaban todos los residuos de ceniza, y se ponía a secar en una lámina de zinc cubierta con un paño blanco.
Cuando ya estaba seco se molía, para obtener la harina de maíz.
Horneo:
Antes de comenzar el proceso de elaboración del bizcocho el horno se empezaba a calentar, en esta oportunidad de usaban dos capas de leña, que se quemaban una por una, por último se le echaba la capa de guadua seca, pues la temperatura para los bizcochos era mayor a la del pan.
Elaboración:
En una batea de madera se agregaban todos los ingredientes, y comenzaba el proceso de amasado, que era también a mano y una vez la masa quedaba completamente homogénea se procedía a armar los bizcochos, aquí no se necesitaba tiempo de crecimiento porque la masa no llevaba levadura.
Armado del bizcocho:
La masa se cortaba a mano y se le daba forma de rosquita, luego se colocaban en los latones previamente engrasados con grasa de cerdo. En cada latón se ponían entre 8 y 10 rosquitas, la capacidad del horno era de aproximadamente 25 latones al tiempo. Se horneaban entre 200 y 250 bizcochos, durante 10 o 15 minutos. Después se dejaban reposar alrededor de 4 horas, antes de guardarlos en los canastos y cubrirlos con un paño blanco.
¡Hacer el pan de la semana era una labor que unía a la familia Suaceña!